martes, 3 de junio de 2014

AUTOEVALUACION

Al iniciar la asignatura, estuve desconcertado, no entendía que íbamos a estudiar ni de que trataba realmente la materia. Iban pasando las clases y seguía sin entender para qué hacer un blog o por qué tanta filosofía y tanta reflexión. Pero un día, el profesor te propone una actividad, lees el blog de un compañero, hablas con alguien de la Comunidad y te das cuenta que empieza a despertarse algo dentro de ti que podría describir como curiosidad o sed de saber. Entonces, sabes que esta asignatura va a ser diferente y que solo con de leer el temario no va a ser suficiente para aprovechar la oportunidad de experimentar otro tipo de enseñanza.

Puedo decir que, a parte de la materia de la asignatura, he aprendido a trabajar de muchas formas y variadas. Pero sobretodo, me quedo con la relación entre compañeros, con actividades como los grupos puzle, el ensayo, el díptico, las reflexiones grupales. De todas estas quiero destacar el póster, ya que le contamos nuestra idea al profesor, este nos hizo reflexionar sobre ella para poder modificarla y hacer así un gran trabajo. Fue un poster interactivo, una “Tablet” con una instalación eléctrica de bajo voltaje que la hacía muy atractiva para los compañeros que la visitaron. He querido destacar este hecho en concreto para darle la importancia que se merece a la palabra “reflexión”, la cual nos hizo mejorar durante toda la asignatura.

También quiero hacer una autocrítica, la verdad, es que no he sido todo lo creativo que me hubiese gustado, pero creo que eso lo llevamos dentro y no he podido sacarlo a la luz. Por el contrario, he sido bastante constante en mi trabajo: blog, participación activa en clase y asistencia .

Al final creo que lo que me llevo en mi mochila es la experiencia y la oportunidad que nos ha ofrecido el profesor de relacionarnos y compartir tantos punto de vista como personas éramos en la Comunidad, cosa que no creo, sinceramente, que lo vayamos a hacer en otras asignaturas que nos quedan para terminar el Grado.


Por todo esto, mi calificación sería la de Notable (7-9), ya que, aunque no haya sido tan creativo como hubiese querido para disfrutar de la asignatura, he llevado un seguimiento riguroso del blog, los trabajos, asistencia… Gracias a la asignatura, puedo ver más allá, ¡ojalá nunca pierda las gafas!, ni me vea de color sepia.

miércoles, 14 de mayo de 2014

¿La conspiración de la educación?

Para ir concluyendo con la asignatura, he encontrado un debate sobre la educación que me parece de lo más interesante que he visto este ańo. Me parece una buena forma de poner el colofón a un ańo de experiencias nuevas con la educación. INSISTO en que el que pueda que lo vea, no os dejará indiferente.

"Educadores y pedagogos afirman que el cerebro del ser humano nace con unas capacidades impresionantes que acaban reduciéndose, según algunos, por los intereses de diversos grupos de poder"

No puedo poner el enlace, así que os emplazo a la la página web de cuatro.com, una vez allí buscáis el programa cuarto milenio y reproducís el último programa T09xP36 (empieza en el minuto 19)



domingo, 4 de mayo de 2014

SEXISMO

Antes de exponer e investigar sobre el sexismo (grupo especialista que me ha tocado a mi), así, "a pelo" he encontrado un video muy bueno sobre el sexismo en las películas de Disney. A mi me resulta bastante curiosa la evolución del papel de la mujer en este tipo de películas que todos hemos visto y que ven todavía nuestros hijos. Yo tengo dos preguntas: ¿Es consciente Disney de esto?, ¿La evolución de los personajes femeninos depende de la época en la que se llevaron a la gran pantalla?
Os invito a la reflexión después de ver el video y colgaré otro post cuando acabamos la actividad del grupo puzzle y el grupo especialista para nos quede mucho más claro el tema.


martes, 15 de abril de 2014

¿ MOVIMIENTO ES EDUCATIVO O NO ES EDUCATIVO?

El tema 3 nos plantea si el movimiento es educativo o no lo es. Como hemos visto en el tema y en las lecturas de los artículos, hay opiniones diferentes.

En contra de que el movimiento no es educativo podemos encontrar el RECREACIONISMO, idea en la que Savater (1997) se basa para decir que jugar es jugar y solo sirve para jugar. El INTELECTUALISMO, en el que Peters dice que las actividades valiosas o serias en términos educativos han de tener un amplio contenido cognitivo y que han de ser capaces de ilustrar otras áreas de la vida y contribuir considerablemente a su calidad. El UTILITARISMO, donde Arnold dice que los juegos tienen un escaso contenido cognitivo, no hay mucho que aprender para jugar. 

Por el contrario, encontramos las ideas que van a favor de que el movimiento sí es educativo, como por ejemplo, La Educación del Físico y La Educación a través de lo Físico.

Este tema ha dado pie a que realizásemos un díptico relacionado con estas dos vertientes y que lo llevásemos a clase para compartir y reflexionar con otros compañeros. Así ha quedado el mío:




¡Espero que os sirva de ayuda!

domingo, 6 de abril de 2014

ENSAYO... ¿QUÉ ES EDUCAR?

Con este ensayo sobre el libro de Savater, pongo fin al Tema 2. Espero que os haya ayudado como lo ha hecho conmigo.

¿QUÉ ES EDUCAR?

Para que haya educación deben existir dos elementos, uno que transmite, otro que recibe, un proceso de ayuda o extracción entre ambos y sobretodo una intencionalidad. Es una buena definición de el proceso de educación. Pienso que la educación no debemos confundirla con el aprendizaje, ya que uno mismo puede aprender cualquier cosa sin pasar por los procesos que existen en la educación. Sin ir más lejos, a mí nadie me educó para dar patadas y controlar un balón de fútbol. Solo con observar y practicar lo pude conseguir, es decir, sin la ayuda de nadie. Este sería un buen ejemplo de lo que es el aprendizaje. En lo que se refiere a la educación, no hay mejor ejemplo que la conexión maestro-alumno de mis años de escuela.
A partir de aquí, a los maestros de magisterio, como bien dice Savater, no se les tiene ninguna consideración, es más, están bastante devaluados si los comparamos con los docentes de estudios superiores. Pero la verdad, es que debería ser al revés, o por lo menos debería de considerarse al maestro de magisterio como la pieza básica en la educación de los escolares. Y esto lo digo porque ellos son los primeros que empiezan a hacer la chispa para prender el fuego que es preciso encender, según Montaigne. Los demás son los encargados de avivarla, pero como he dicho antes, primero hay que encenderla. Esta reflexión se puede relacionar con lo importante que es para los alumnos la influencia de sus maestros (buena o mala) de la escuela. De hecho, a parte de educar, puede que sean el segundo agente socializador más importante en la vida de una persona que vive en esta sociedad. 
Sería pues, un debate interesante poder preguntar a los docentes, si ellos educan o enseñan, o las dos cosas. Entonces, ¿qué papel juegan los padres en la educación de sus hijos?. Yo, veo continuamente como las familias cargan el peso de la educación de sus hijos a las escuelas sin reparar en que la educación viene de casa. Es decir, las familias tienen que ser las primeras en educar a sus hijos con valores positivos y luego en la escuela se refuerzan con prácticas que tienen la intención de enseñar a aprender como muy bien dice Savater.

Cualquiera no es capaz de enseñar, ni de educar. Savater propone que cosas nimias y tradicionales que no requieren una preparación específica pueden ser transmitidas de padres a hijos e incluso pueden ser aprendidas de tus iguales. Esto es bastante cierto, por ejemplo, mi madre y mis abuelas me han transmitido ciertas maneras de preparar ciertos alimentos como ya lo hacían sus madres, sus abuelas, etc. No tienen una preparación académica pero como son más mayores que yo y lo han experimentado antes, me lo ha podido transmitir. Ahora bien, ninguna de ellas sería capaz de poder enseñarme nada relacionado con la fisiología, por ejemplo, como lo hacen los doctores en medicina que nos imparten la materia. Es algo que evoluciona y que va demandando la sociedad, especializarse en algo concreto.

La educación frente a la instrucción. Quiero parar en este punto para reflexionar sobre él. A parte de todo lo que se ya se ha comentado o se pueda saber con respecto a la educación, pienso que hay que educar de una manera alternativa a como se ha hecho siempre. Por tradición, nos han educado y enseñado a hacer las cosas de una manera, que se sabe que da resultado, y no han puesto demasiado énfasis a buscar los porqués ni los procesos más adecuado para llegar a nuestros objetivos. Esto nos daba la solución pero en un contexto y una situación determinada. Si salíamos de dicha situación, íbamos perdidos. Pienso que esto es a lo que se le llama instrucción. Ahora bien, la educación debe ir va más allá. Debe darnos la libertad de pensar, cuestionar, criticar, hacer la cosas con una intención y sabiendo el porqué, volver a criticar y volver a cuestionar. Solo así, seremos capaces de ser libres. Solo así seremos capaces de educar. Solo así seremos capaces de enseñar a aprender y sobretodo, a dejarnos educar.


AUTOCALIFICACIÓ Y AUTOEVALUACIÓN

Califico mi ensayo de correcto, ya que considero que he podido captar las ideas principales del texto de Savater y he hecho una valoración crítica de dichos argumentos, que bajo mi punto de vista, son muy acertados. Hago un recorrido, con su correspondiente comentario, sobre los puntos que me han parecido más destacables de la lectura. También valoro las críticas hechas a los sistemas de educación muy dirigidos o técnicos y apostaría por modelos más alternativos y comprensivos. Del mismo modo y como alguna vez se ha hablado en clase, hay que hacer un esfuerzo por saber plasmar en las clases un tipo de enseñanza menos dirigida, aunque no siempre seamos capaces de hacerlo. Pero sobretodo, me quedo con la crítica sobre que hago sobre lo que dice Savater sobre el menosprecio a los profesores de magisterio, que deberían ser la base de la educación.


jueves, 3 de abril de 2014

MI ANÁLISIS DE UN FRAGMENTO DE "MAL DE ESCUELA"

FRAGMENTO DEL LIBRO “MAL DE ESCUELA” PARA ANALIZAR, (Cap. 2):
Sin porvenir.
Niños que no llegarán a nada.
Niños desesperantes.
La escuela, después la secundaria, el bachillerato, yo también creía absolutamente en esta existencia sin porvenir.
Yo diría que era incluso lo primero de lo que se convence un mal alumno. —¿Con semejantes notas qué puedes esperar?
—¿Crees que pasarás a primero de secundaria? (A segundo, a tercero, a cuarto, a quinto, a sexto...)
—¿Qué tanto por ciento de posibilidades crees que tienes de pasar el bachillerato? Calcúlalo tú. ¿Qué porcentaje?
O aquella directora de colegio, con un auténtico grito de alegría:
—¿El certificado de estudios, Pennacchioni? ¡No lo obtendrá nunca! ¿Me oye usted? ¡Nunca! Y vibraba.
¡En todo caso no seré como tú, vieja loca! Nunca seré profe, araña envuelta en su propia tela, carcelera atornillada a la mesa de tu despacho hasta el final de sus días. ¡Nunca! ¡Nosotros los alumnos pasamos; vosotros os quedáis! Somos libres y a vosotros os han condenado a cadena perpetua. Nosotros, los malos alumnos, puede que no lleguemos a ninguna parte, pero nos movemos. La tarima no será el lamentable reducto de nuestra vida.
Desprecio por desprecio, me agarro a ese consuelo perverso: nosotros pasamos, los profes se quedan; es una conversación frecuente entre los alumnos del fondo de la clase. Los zoquetes se alimentan de palabras.
Ignoraba yo entonces que, a veces, también los profesores experimentan esa sensación de perpetuidad: repetir indefinidamente las mismas clases ante aulas intercambiables, derrumbarse bajo el fardo cotidiano de los deberes (¡no es posible imaginar un Sísifo feliz con un montón de deberes que corregir!), yo ignoraba que la monotonía es la primera razón que los profesores invocan cuando deciden abandonar el oficio, no podía imaginar que algunos de ellos sufren teniendo que permanecer allí, mientras ven pasar a los alumnos. Ignoraba que también los profesores se preocupan por el futuro: ganar la oposición, terminar la tesis, entrar en la facultad, emprender el vuelo hacia las cimas de las clases preparatorias, optar por la investigación, largarse al extranjero, dedicarse a la creación, cambiar de sector, abandonar de una vez a todos esos amorfos y vindicativos granujientos que producen toneladas de papel... yo ignoraba que cuando los profesores no piensan en su porvenir es porque piensan en el de sus hijos, en los estudios superiores de su prole... Ignoraba que la cabeza de los profesores está saturada de porvenir. Creía que estaban allí solo para impedir el mío.
Prohibido el porvenir.
COMENTARIO:
La crítica de Pennach hacia los profesores/as que han perdido la ilusión y las ganas de enseñar es algo que me resulta familiar. Profesores que utilizan modelos de enseñanza muy anticuados y que  están cansados de trabajar, faltos de motivación.
Cuando digo que están cansados de trabajar, me refiero a que se han rendido, se han dejado llevar. No están actualizados, a mi me gusta decir que están en color sepia, si tienen alumnos con los que tienen que trabajar más porque les cuesta entender los conceptos, pagan con ellos su poca paciencia y estos, son los alumnos como Pennach, que necesitan otro tipo de estímulos para su aprendizaje, o simplemente sentirse integrados en la clase. Esto se traduce en fracaso escolar.
A estos profesores solo les vienen bien los alumnos “golosina” como bien dice Pennach, es decir, alumnos que son los mejores, con los que mejor se puede trabajar, avanzar en la materia y que no dan ningún problema. Pero hay muchos tipos de alumnos y cada uno requiere cierto trato y cierta manera de trabajar, si se le quiere enseñar o educar, claro está. Porque alumnos golosina, hay pocos.

Yo he vivido ciertas situaciones en clase que refuerzan el texto de Pennach y mis propias conclusiones. Por ejemplo, estando en la escuela primaria, había cierto grupo de compañeros que no eran tan hábiles y que necesitaban algo más de tiempo o atención para poder entender las explicaciones del profesor. Como siempre iban un pasito por detrás del resto, el profesor, claramente quería apartarlos del ritmo de la clase porque ellos le hacían ir más lento. Y como era tan veterano y lo tenía todo tan meticulosamente calculado para trabajar siempre los mismo con la clase, a estos los apartaba, literalmente, en una esquina de la clase y les dejaba allí trabajando a su ritmo, sin preocuparse de sí aprendían o no. Siempre decía que no seguían el ritmo pero nunca hacía nada por que lo siguiesen. Yo pensaba: -“Es normal que suspendan, no les guste la escuela y estén desmotivados”.

Por el contrario, también he podido trabajar con profesores a los que les encantaba rescatar a niños del basurero de Djibuti, como dice Pennach. Trabajaban sin descanso, siempre pendientes de los alumnos que iban más retrasados e intentando enseñarles las cosas con distintos métodos para su mejor comprensión. Variando la manera de afrontar el temario cada año, con actividades alternativas y amenas, pero siempre firmes. Pero sobretodo escuchando, entendiendo y dando seguridad al alumno. Estos son los profesores que compensan a los otros, profesores que están en clase por vocación, no por obligación y que con el paso de los años se les va haciendo más nítido el color, no como a los otros, que siguen estando color sepia hasta su jubilación.

Este tipo de profesores (el de matemáticas, historia, francés y filosofía) son los que ayudaron a Pennach, le salvaron del basurero de Djibuti, fueron el punto de inflexión por el cual pasa de ser un zoquete , a ser un estudioso y un apasionado de la lectura que lo ha llevado a lo que es hoy en día.

Por ello, pienso que los profesores y sobretodo su trabajo, son una de las claves para que la educación exista, para que sea de calidad y para sacar el máximo rendimiento a cualquier tipo de alumno.




miércoles, 26 de marzo de 2014

MAL DE ESCUELA

Hola a todos. Fisgando por la red he encontrado una entrevista muy interesante a Daniel Pennach, en la que no solo habla de su libro, sino que hace una reflexión acerca de como está el sistema educativo  actual y da algunas claves para intentar solucionar los problemas de la educación, sobretodo con los alumnos que han perdido las ganas de estudiar.

"Los buenos alumnos van por una autopista"

"Para los que les cuesta, hay que buscar las carreteras adecuadas, aunque a veces sean caminos"